MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...

Bienvenido a esta Bitácora, Navegante...

Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...

Antic©py

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ELIGE CÓMO LEERME...

LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...


CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...

«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.


«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.


«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».

©Milán Kundera.

lunes, 31 de agosto de 2009

MÁS RECUERDOS ESTIVALES DEL INVIERNO DE MI JUVENTUD:

Mis queridos amigos y Navegantes:

Hoy quiero compartir con vosotros una especie de "reflexión lírica", porque no es un poema, que escribí hace la friolera de veintiún añitos, cuando contaba con once en cada pata ;=))...

Quiero así cerrar un ciclo, coincidiendo con el final del estío, que he titulado: "Recuerdos estivales del invierno de mi juventud...", en donde la nostalgia y añoranza, digamos, son los ingredientes fundamentales, pero sin olvidar, aún sobre fondo gris, una cierta dosis de esperanza...

En aquella época de niña a mujer, o de adultez in crescendo, uno de mis grupos musicales preferidos eran los U2 (lo sigue siendo, aunque ahora sea una "carroza" ;=)), creo que ya os habíais dado cuenta... Pues bien, inspirada por la famosa “With or whithout you” , escribí esta especie de reflexión lírica: "Oda a la independencia", que hace unos días desempolvé del baúl de los recuerdos, revisé y volví a reescribir para vosotros.

¡Sólo espero que disfrutéis con su lectura y recordando aquel famoso video de los U2!







ODA A LA INDEPENDENCIA


Inspirada en una canción de U2: “With or whithout you” (“The Joshua Tree”) y… algunas cosillas más…



Veo nostalgia en tus ojos.
Tu memoria recorre un pasado no muy lejano
y puedes ver imágenes inventadas en el cielo…


Con o sin ti estoy viviendo, pero
puedo sentir como te añora mi cuerpo.

Perdida en la inmensidad de la noche
voy caminando yo sola…
y es ahora cuando me siento más grande.

Con o sin ti, soy yo,
y eso es algo que nadie puede cambiar…


Con las tijeras del jardín de mi alma
quiero recortar mi personalidad,
mi sentir,mi pensar…
entre toda la multitud de gente
con la que muevo mis fibras
al ritmo de un compás emergente…
y me siento bien,
porque todos somos diferentes
y el viento sigue siendo lo que ahora es…

Con o sin ti
I can live…

*** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ***

Con o sin ti,
puedo sentirme bien,
intentar extraer la esencia sublime
de cada momento, cada instante…
Con o sin ti.


Es una parte de nosotros
que debemos sacar a flote
cuando nos hieren…
es nuestra esencia sin ego,
sin cínicos aderezos,
sin cobardes tropelías,
sin miedo a la Vida…
Es la confianza sin peros,
el Amor supremo,
¡es el sentido de estar viva!


Con o sin ti
llego a desear,casi añorar,
la soledad,
porque me siento intensa y briosa,
con el coraje de una heroína,
ante todo lo que me rodea…
aún siendo una ínfima parte
de este magno Universo,
sólo algo más existiendo y respirando.

Con o sin ti,
puedo entender el lenguaje
del éter de las estrellas…
y comprender aquello que musita
el Sol a la Tierra cuando
se entrega a ella entre sábanas
rúbeas, zarcas y cobrizas
al expirar la tarde…

Y siento que no te necesito,
que a nadie preciso,
que de nadie dependo,
porque yo sola recorro mi senda,
filtrando todo lo que me rodea,
acrisolando mis vivencias…
Y sé hacia dónde me dirijo
porque he convertido al viento
en mi eterno aliado…

Con o sin ti, I can live…
Con o sin ti, yo puedo vivir.

Mar Solana

Madrid, 2 de enero de 1988 (revisado y reescrito en Villalba el 25 de agosto de 2009…)






domingo, 23 de agosto de 2009

HOMENAJE A TODOS LOS DESAPARECIDOS ...


DESAPARECIERON… MÁS SÓLO DE AQUEL TIEMPO Y ESPACIO

A las madres de todos los desaparecidos bajo el garrote de aquellas sombrías garras…

Para que el recuerdo de todas esas atrocidades nos ayude a construir un mundo mejor en el que nunca, ¡jamás!, permitamos que se vuelvan a repetir…
Para que el germen de todas aquellas aberraciones jamás vuelva a brotar y sus semillas se tornen en cosechas baldías…

A mis queridas navegantes y buenas amigas: Elisa y Meulen porque muchas de esas infamias ocurrieron en su amada Tierra…

… Nos parecen tan lejanos aquellos lugares donde ocurren cosas infrahumanas, cosas que no parecen estar a nuestro alcance…

¡Aquí huele a muerte, Dios mío!

Hay una mujer que llora, ha perdido algo y su hogar está envuelto en llamas. Sostiene entre sus abatidos brazos a un niño que parece ¿dormido? (…) Sí, dormido en el sueño de los ángeles…

¿Qué valor tiene la vida en aquellos lugares más allá de los sueños del color del carnaval y del sabor a alfeñique y a dulce de membrillo?

Las madres de los desaparecidos gritan la injusticia con un tenue hilo de voz que rebota en el adarve de la incomprensión y la indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se vislumbra perdido… perdido…

Ya no hay familias, la Unidad se ha destruido y la gente sólo puede rescatar dos palabras de su memoria: odio y rencor.
La violencia fluye en las calles como agua de manantial, como la sangre de aquellos que luchan para que el terror concluya…

Sólo puedo gritar… gritar… El llanto está allá, bajo aquel cielo lánguido y ceniciento que pintaron de gris las bombas y los misiles de un mundo cismático y hostil.
Pero… ¿aún quedan esperanzas de volver a ver a aquellos hijos… hijos de la muerte? Hay que buscar, sólo desaparecieron en el espacio, no en la memoria.
”Muchacho, te llegó el tiempo de ayudar a matar, de hacer el trabajo sucio e informe de los villanos del mundo, de realizar los orates deseos de demonios encarnados en viles tiranos de cuerpos enjutos y menguados, mientras ellos sólo saben proteger lo que creen suyo…”

Pero… ¿qué está pasando con nuestros hijos? ¡Deben coger los fusiles y caminar hacia aquel lugar llamado exterminio y apellidado desolación!

¿Recuerdas a aquella mujer? Vientre nacarado de puertas abiertas al mundo, manto de tierra maternal, cabellos enredados de plata y luna, amor dilatado en su orondo abrazo, risa jacarandosa con olor a jazmín… Todos los días, muy despacito, golpeaba con sus nudillos de chancaca y su aliento a dulce de leche, la puerta de tu dormitorio para que despertaras del sueño de las estrellas, debías ir al trabajo, y ahora… ¿Dónde llama su alma en pena?
¿Dónde busca?

Clama tu vuelta en el aire, grita tu nombre en el vacío… en aquella plaza inmensa, en aquellas callejas de edificios derruidos... donde nadie le hace caso. Ya no importa.
Las madres de los desaparecidos gritan la injusticia con un tenue hilo de voz que rebota en el adarve de la incomprensión y la indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se vislumbra perdido… perdido…

¿Dónde estáis, hijos de la muerte?

Mirad aquel cielo añil, la bóveda celeste de un cosmos infinito, de un éter luminiscente… donde parpadean millares de estrellas, donde la madre Tierra comulga con eternos y lejanos halos fugaces de meteoritos extraviados, en medio de la quietud de la noche. Ellas no saben lo que es bueno o malo, simplemente están ahí, para ser testigos de la Vida en un mundo de agonía, ruina y quebranto.

Antes, cuando estabas tranquilo y todo a tu alrededor era espacio sin tiempo, no sabías apreciar las cosas pequeñas e insignificantes que ahora se tornan inmensas, no sabías aprovechar el tiempo perdido, ni siquiera el mágico encanto de la noche que se desplegaba, perezosa, a lo largo y ancho de un mar de avenencia y tregua…

Ahora… ya casi no queda espacio, el cielo no se pinta de escarlata, índigo y carmesí durante el crepúsculo… y la noche cae para sobrevivir, sólo la Vida…
Sólo las estrellas lo saben, sólo ellas… ¿Dónde buscamos?

Los cabellos de plata, enredados en la luna, se pondrán los mantos de la madre Tierra y seguirán luchando mientras sus hijos, hijos de la noche, estén en sus memorias. En memorias arrancadas de vientres pasados, otrora nacarados, ahora preñados de angustia y dolor… memorias de un limbo desaparecido, arrasado…
Les aman, gimen la injusticia con un tenue hilo de voz que rebota en el adarve de la incomprensión y la indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se vislumbra perdido… perdido…
Son las madres de aquellos que una mañana desaparecieron y aún, no han vuelto a casa… Se los llevaron aquella mañana glacial y velada… todo era gris… NO…NO…
Y ahora… ¿Dónde están?
¡Dios mío, aquí huele a muerte!

Mar Solana
Madrid, 2 de enero de 1988 (revisado y reescrito el 20 de agosto de 2009)



LAS MADRES DE LOS DESAPARECIDOS (By U2... Letra traducida al castellano...)

Medianoche,
nuestros hijos e hijas fueron arrancados y llevados lejos de nosotros,
escuchen sus latidos, nosotras escuchamos sus latidos…

en el viento escuchamos su risa, en la lluvia vemos sus lágrimas
escuchen sus latidos, nosotras escuchamos sus latidos...

Noches pasadas como prisioneros
tirados sobre negro y azul
escuchen sus latidos, nosotras escuchamos sus latidos...

En los árboles, nuestros hijos cuelgan desnudos…
a través de las paredes, nuestras hijas gritan
vemos sus lágrimas en la tormenta

miércoles, 12 de agosto de 2009

UNA CENICIENTA EN EL SIGLO VEINTIUNO.

A todas aquellas niñas y mujeres víctimas de malos tratos o de abusos sexuales.
A todas aquellas personas, ángeles y custodios de nuevos comienzos preñados de infinitas posibilidades, cuando todo parece perdido (…)

Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General. Cinta lleva una semana en coma por la última paliza que le propinó su marido. La molió, literalmente, a palos. Su cuerpo, grácil y perfectamente contorneado hace apenas unos pocos días, yace ahora sobre una cama blanca entre tubos y gomas, inerte como una muñeca de trapo tirada en cualquier rincón. Su rostro, un armonioso perfil antes límpido y bello como el de una princesa de cuento, se ve ahora hinchado, amoratado y roto. Sin más afeites que restos de sangre seca, tras una mascarilla transparente que la mantiene viva a través de un invisible y estrecho hilo.

La vida es un milagro puesto a prueba constantemente y sometido a los avatares de un influjo incierto, vulnerable. Es como caminar sobre el filo de un cuchillo sin cortarse o como tratar de mantener el equilibrio en una cuerda floja.

Una mujer de cabellos blancos, recogidos al desdén en un moño, pega su rostro al cristal que separa la UCI del pasillo de la sexta planta. Un rostro enjuto y poblado de arrugas y sinsabores, con unos ojos que miran sin mirar e incapaces ya de albergar más dolor. Por sus descarnadas mejillas se agrupan millares de lágrimas que, como afluentes de un río, van resbalando hasta morir despeñadas por una puntiaguda y fláccida barbilla. Sobre el cristal aparecen y se borran, una y otra vez, los irregulares circulitos blancos que va dibujando el vaho de su respiración. Su llanto es una sosegada lluvia de otoño que observa, impotente y culpable, cómo su nieta se aferra a la vida a través de un minúsculo hilillo de aire, quizás el mismo que exhala su dolor para acabar estrellándose contra el vidrio.

La infancia de Cinta fue muy feliz y apacible. Vivía con sus padres, sus dos hermanas mayores y con su querida abuela Sol, hasta que su padre murió en un aparatoso accidente de automóvil cuando regresaba a casa del trabajo. Tenía siete años y su vida comenzó a resquebrajarse como la madera vetusta, filtrándose por sus grietas toda clase de despropósitos. Cinta, impaciente, siempre esperaba que su padre regresara del trabajo y jugara con ella. Lo que más le gustaba era que le leyera apasionantes relatos cargados de aventuras, de barcos y piratas, de hadas y duendes mágicos que aparecían y desaparecían a capricho.

Cuando su madre le dio la noticia ─tu padre ya no volverá, querida… ni hoy, ni nunca más.─, Cinta creyó que también ella se moriría y enmudeció. Dejo de hablar y su madre y sus dos hermanas se iban desesperando con ella más y más; hasta que el ambiente se hizo irrespirable. Pero en aquel tiempo, la abuela Sol les anunció algo importante durante la comida. Había comprado una casita, no lejos de allí, verde como la albahaca y apacible como la sombra de un roble en un día de calor; se llevaría a Cinta a vivir con ella. Su madre y sus dos hermanas se quedaron primero atónitas, para después comenzar a reír y a burlarse de ellas profiriendo toda una sarta de inconveniencias que no cesaron hasta que nieta y abuela se instalaron en su nuevo hogar. La niña seguía sin decir palabra, pero Sol tenía muchísima paciencia con ella; sabía que tarde o temprano volvería a hablar. Sólo era cuestión de tiempo…

La época que Cinta pasó en la casita verde con su abuela fue muy extraña e inquietante. Su madre se había vuelto a casar con el hombre que fue su amante muchos años antes de que su padre muriera. Era un tipo de ojos saltones y sanguinos, con esa opacidad característica que dispensa el abuso del alcohol, de mirada turbia e incómoda, andares torpes y gestos densos. El primer domingo de una primavera algo tardía, su madre, él y sus dos hermanas fueron a visitarlas. Durante la comida, sentados alrededor de la mesa redonda de roble, de repente y sin mediar palabra, Cinta salió corriendo de allí como una liebre asustada, su plato en el suelo hecho añicos y todos con el desconcierto dibujado en sus rostros. Nadie advirtió que su padrastro se descalzaba de un pie y, con disimulo, debajo de mesa y mantel, le intentó subir el vestido con las intenciones que ya conocemos en los bastardos de su estirpe. Y así anduvo acosando a la niña, durante cinco penosos y largos años, en los que además Cinta seguía sin decir palabra.

Pero un domingo, un poco antes de que llegaran su madre, su padrastro y sus hermanas, Cinta se abalanzó sobre los brazos de su abuela y con el mayor de los desconsuelos se lo contó todo. Sol lloraba con ella, no sabía si de rabia por todo lo que intentó con su niñita aquel villano o de alegría, porque su nieta querida, por fin, habló tras siete años de gestos y ademanes. La acunó entre sus brazos, cubrió su frente y mejillas de tibios besos y acto seguido trancó la puerta para siempre a aquel infausto ogro.

Desde aquel momento, la vida de Cinta fue menos extraña e inquietante y un poco más previsible. Sin embargo, todo lo acaecido durante aquellos infames domingos dejó una huella indeleble en su alma, en forma de tristes nubarrones que siempre amenazaban tormenta.

Un buen día, su abuela conoció al nieto de su amiga Taylor. Un apuesto joven que con apenas treinta años ya era todo un empresario de éxito. Ramiro, que así se llamaba, estaba invitado esa noche a una fiesta. Sol pensó en Cinta, siempre metida en casa, aburrida y medrosa. Sin dar tregua le preguntó si invitaría a su nieta. Ramiro aceptó encantado.

Alea iacta est.

Antes de ir a la fiesta, Sol le dio su regalo de cumpleaños: un radiante broche de oro para el pelo, con su nombre grabado en medio de veintiuna perlitas blancas. A la abuela le emocionaba que, la noche de la fiesta, Cinta recogiera su larga y suave melena del color del trigo con el reluciente pasador.

Y ese atractivo joven que la acompañó a la fiesta, se encaprichó, impetuoso, de Cinta. Después se vieron en otras ocasiones, y al cabo de muy poco tiempo se casó con ella. El chico más guapo e inteligente, un falso príncipe azul que había golpeado a la princesa hasta enviarla al hospital como una muñeca rota.

En Cuidados Intensivos, un hombre de pelo castaño y mirada serena, enmarcada en dos grandes ojos del color de la miel, cepillaba con mimo el cabello de Cinta. Un pelo ahora, mientras se debatía entre la vida y la muerte, maltrecho, sucio y alborotado, en el que aún se veían restos de sangre seca. Sol observaba con asombro que del bolsillo de su bata verde extrajo una especie de objeto brillante y ovalado. Con sumo cuidado intentó recoger algunos mechones del pelo de Cinta con él… “¡Dios mío, pero si es el pasador que le regalé a mi niña!”. Cuando acabó de peinarla y de ponerle el broche en el pelo, el hombre sonrió satisfecho y besó a Cinta en una frente perlada por el sudor frío.

“No era su médico, ¿Quién era aquel hombre que estaba besando la frente de Cinta?…”, se preguntó Sol bastante inquieta y angustiada… “Ese hombre es Lucas, el nuevo enfermero de la sexta. Como ven es muy atento y afectuoso con sus pacientes. Eso es de vital importancia aquí, en la UCI”, le contestó el doctor Peña como si hubiera adivinado sus pensamientos.

Aquella noche, años atrás, que marcaría el destino de Cinta para siempre, Lucas, el enfermero de la sexta planta del Hospital General y dueño de la casa donde se celebró la fiesta, vio como Cinta y Ramiro salían de su casa cogidos de la mano y riendo a carcajadas…”La quise desde el primer momento que la vi”, le confesó a Sol cuando salió para hablar con ella…”Encontré el precioso pasador con su nombre grabado. Fueron muchas chicas esa noche a mi fiesta de fin de carrera… Pasé cinco largos años de mi vida buscando la bella melena a la que pertenecería esta joya, sin ningún resultado… ¡Pero, hoy, cuando han traído a su nieta a la UCI, he comprendido en seguida que mi búsqueda había terminado cuando he descubierto su nombre en el informe: Cinta... mi desgarrada princesa!”.

De repente, y mientras ambos dirigían sus miradas de lágrimas furtivas hacia donde Cinta yacía malograda, vieron con gran asombro como la princesa abría sus enormes ojos y, tímidamente, les sonreía.

Aliquid novi.

Villalba, agosto de 2009.




(*) Relato finalista del Certamen convocado en Diciembre de 2009 por Ediciones Fergutson

jueves, 6 de agosto de 2009

MI SENTIR ESTIVAL "MAR ADENTRO"



Mis queridos Navegantes:

Hoy quiero compartir con vosotros una "especie" de poema que dediqué al mar hace veintitrés años, claramente inbuído de esa vehemencia que destilan los primeros acordes de juventud, pero en el que muy nítidamente podréis percibir mi Amor por el mar desde que nací... o antes ;=))...

Ahora, con veintitrés años más en mi morral, se lo quiero dedicar a tres amigas bloggeras, a cual más especial...

A Esther (Carrachina), del blog: "La Cúpula Verde", mi Asturianina del alma más querida, porque encontrarme con ella ha sido cosa de mi Tío Juan, mi Poeta en tiempos de guerra... y porque comparto con ella el Amor por el Cantábrico, entre otras cosas...

A Mar, del blog: "La vida sigue igual", mi Tocayita del alma, mi Murcianica linda, porque también la quiero mucho... y sobre todo, porque lo escribí sentada en una calita del Mar Menor, Murcia ;=)), su amada tierra...

A Meulen, del blog: "Chaitén siempre vivo", mi Chilena preciosa, artista sin parangón de la blogosfera, porque cuando aún me encontraba de vacaciones en mi mar Cantábrico, dejó comentarios enormemente entrañables y un lujo de Poema dedicado al mar para mí.

Gracias a las tres por vuestra preciosa y única amistad... Y a todos vosotros, mis Navegantes Dorados, gracias por seguir ahí y por vuestra atención.


¡QUÉ ME MIRE EL MAR!




¡Qué me mire el mar, qué me mire…!
con su infinita tristeza,
con su feroz lejanía,
llanto silente que escucha
tu inquieta melancolía,
y ese rugir que me dice:
¡ven a mí… eres mía!

¡Qué me mire el mar, qué me mire…!
el crepúsculo llega a su cénit y
dibuja un cielo de grana y gualda…
mientras la mar sigue en calma
una gaviota, ¡su más fiel amigo!
su secreto exhala en malva.

Ya llega la noche
y el mar sólo espera
soñar con el alba,
la mañana y el día
el Sol y los niños,
sus cubitos roban de forma impía
lo que tú con un guiño
recoges para la orilla…

¡Cuántas misterios albergas!

¡Qué me mire el mar, qué me mire…!
la brisa me trae tu amor lejano,
mi amigo, mi hermano,
y acaricia mi rostro
queriendo imitar tus manos…
y el mar me susurra al oído:
¡ven a mí… eres mía!


Pues mi alma sin tu amor
es como la mar sin gaviotas,
y mi pelo sin tus manos,
es como un mar sin olas.

Quiero volar muy lejos,
Hacia cualquier lugar sin nombre…
Cualquier hermoso rincón
Que pinte de amor mis recuerdos.

¡Qué me mire el mar, qué me mire…!
ya está llegando otra noche y
la luna me está sonriendo,
tiembla este ambiente silente,
y sola me voy yendo,
más oigo una voz que musita:
¡mira… el mar ya te mira!


Escrito en La Manga del Mar Menor (Murcia), el 2 de julio de 1985.


* La primera imágen es una foto de mis vacaciones (Suances), la segunda está sacada de internet.






AD AETERNUM...

PENSAR... MAR ADENTRO.

PENSAR... MAR ADENTRO.
«La mente intuitiva es un don sagrado del que la mente racional es su fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra el sirviente y ha olvidado su don» © Albert Einstein. Imagen: Faro de Suances (Cantabria) © Mar Solana.

CUADERNO DE BITÁCORA: "DIARIO DE NAVEGACIÓN" ...


Hace medio siglo ya me gustaba llevar lectura al campo ☺️

Soy la niña que asoma por la esquinita de la ventana, la primera por la izquierda... 😃 GRACIAS, MÓNICA...

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021
¡Gracias, Mónica! Por tu trabajo y generosidad cada año :)

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020
¡Gracias, Mónica! Eres una artista :)

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada
¡Gracias Mónica! 🤗

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...
... EL TIEMPO DESGRANADO Y SIN PRESTEZAS PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR, SÓLO ESCRIBIR...

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
¿Y leer? Me apasiona devorar libros. Es como visitar el hogar espiritual de mis escritores favoritos y paladear un delicioso vino de su mejor cosecha de Letras... Un buen libro es como una liana, te ayuda a desplazarte por la inmensa selva de tu imaginación... Leer también me facilita la tupida tarea de ir desbrozando esa maleza que se enreda entre la escasez de ideas y la falta de inspiración... ¡Nunca dejes de leer!

SABIA MAFALDA...

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

GIRASOL...

GIRASOL...
Mandala pintado por © Mar Solana.
MANDALA DEL SOL...

«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran." Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...
... es la luz que te conduce a sacar de tí lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira... Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales ... CARLOS VILLARRUBIA.

VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...

Llenamos el caldero
de risas y salero,
con trajes de caricias

rellenamos el ropero.

Hicimos el aliño

de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.

Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...

Subimos la montaña

de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.

Pasamos por los puentes

de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.

Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.

Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...
(Letra y música: Nacho Cano)

ESTA SEMANA, TE RECOMIENDO... COGE UNA DE MIS CARACOLAS Y PPPSSSHHH... ESCUCHA...

Blade Runner ¡Forever!